domingo, 7 de octubre de 2007

TORMENTO EN LA INQUISICIÓN


Cámara de Tormentos
El Tribunal utilizó en casos extremos la denominada cuestión de tormento. Mayormente lo hizo cuando el reo había caído en contradicciones manifiestas en sus declaraciones -las cuales eran bajo juramento- o cuando habiendo numerosos testigos u otras pruebas el procesado se negaba a confesar. En honor a la verdad hay que manifestar que el empleo del tormento por el Tribunal fue limitado. Así, su aplicación era supervisada por los inquisidores y el médico, no se podía producir derramamiento de sangre y las sesiones tuvieron una duración promedio de un cuarto de hora. Se estima que fue empleado en no más de un 6 a 9% del total de procesos. En los tribunales civiles de la época no habían tales consideraciones y su empleó fue general aún en aquellos casos en que los sospechosos habían declarado plenamente sus culpas.

SANTA INQUISICIÓN MUSEO


Salas de las celdas secretas
La Inquisición usaba dos tipos de celdas: públicas y secretas. En las primeras, los reos cumplían el tiempo dispuestos por sus respectivas sentencias. En ellas los reos recibían la visita de sus familiares y amigos. podríamos decir que, en líneas generales, eran habitaciones amplias, limpias y ventiladas. La alimentación era buena e incluía frutas, carnes, huevos, leche, queso y aun vinos. Cuando el reo gozaba de buena posición económica debía costeársela; en caso contrario, la financiaba el Santo Oficio.
En las celdas secretas eran encerrados los sospechosos mientras transcurrían sus procesos. Su nombre se debe a que en ellas los reos estaban incomunicados.
En esta sala vemos la representación de un hereje condenado a vestir el sambenito, capotillo o escapulario que se ponía a los penitentes reconciliados por la Inquisición. Su uso no sólo deshonraba a aquél que lo llevaba puesto sino también a sus descendientes
En este ambiente observamos el cepo. Este instrumento se utilizaba para colocar a los que habían intentado fugarse de las prisiones del Tribunal. Adicionalmente, se les colocaban grilletes en las extremidades.

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Sala de los Restos arqueológicos(Sala de la Izquierda)
En esta sala se exhiben algunos vestigios de las excavaciones realizadas en el local. Así, podemos observar restos del acueducto que atravesaba el inmueble y que, presumiblemente, correspondía al servicio de desagüe o regadío. Fue uno de los primeros que existieron en Lima

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Sala de los Procesos
Este ambiente data de fines del siglo pasado cuando fue construido como ambiente de descanso del Senado. Luego, a raíz del incendio de la Biblioteca Nacional, se utilizó como sala de lectura de la Biblioteca Pública de la Cámara de Diputados (1943-1996).

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Sala de audiencias
El primer ambiente del museo es la Sala de Audiencias, denominada así porque en ella los inquisidores realizaban las audiencias de los procesos a su cargo. También se efectuaban en ella otros actos protocolares y ceremonias propias de la institución tales como los autillos o autos de fe privados. Abolida la Inquisición, desde los inicios de la vida republicana hasta 1939, esta sala sirvió como sala de sesiones del Senado Nacional. En esta sala tambien se encuentra ubicado un Quiosco Multimedia el cual explica la Historia de la Inquisición en el Perú y el Mundo.

LA SANTA INQUISICIÓN EN LIMA




Pórtico del Museo
El ingreso al Museo esta conformado por una columnata formada por seis columnas acanaladas de estilo dórico (cada una tienen un diámetro de 0.90 mts. y una altura de 7.60 mts.). La pared de la fachada está construida sobre cimientos de piedra con mezcla de cal. Tanto las columnas como la pared son de ladrillos con la mezcla antes aludida, imitando la piedra labrada. Dicha pared mide 17 mts. de largo, 7.60 mts. de altura y un metro de espesor. Sobre las columnas descansa el frontón de estilo clásico que da unidad al conjunto.
La actual fachada data de finales del siglo pasado. El 17 de octubre de 1896, el Senado nombró una Comisión, integrada por los señores senadores Antonio Bentín, Luis Carranza y Julio Tenaud, para que se encargue de la dirección de los trabajos. Se realizaron las gestiones con el dueño de la finca colindante, señor Manuel García Arrieta, a fin de adquirir una pequeña área de su terreno. Lo propio se efectuó con la Compañía de Bomberos Roma (sin costo alguno). El entonces Presidente Constitucional de la República, Nicolás de Piérola, supervisó los trabajos.